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A la selección española de Miguel Muñoz le tocó estrenarse en el Mundial
 de México 86 con un buen morlaco. El Brasil de Sócrates y Alemao era su
 primer rival. El partido marchaba bien para el combinado español hasta 
que llegó el minuto 52. Míchel lanzó un misil que dio en el larguero y 
salió rebotado después de
impactar tras la línea de la meta defendida 
por el portero Carlos. Un golazo en toda regla para todo el mundo, pero 
no para el colegiado australiano Bambridge, que lo anuló y pasó a 
engrosar la lista de afrentas de La Roja.
 
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